«¿Cómo el cerebro aprende, recuerda y olvida?» Conferencia de IGNACIO MORGADO

El pasado 21 de octubre asistimos a las ‘Jornadas de psicología educativa, neurociencias y emoción’. En ellas el  psicólogo Ignacio Morgado, catedrático de Psicobiología y Neurocientífico, nos explicó algunos procesos del desarrollo del cerebro del niño y adolescente. Y nos dio algunos buenos consejos para acompañar y facilitar ese desarrollo.

Para empezar, es importar recordar que las neuronas crecen cuando aprendemos, algo que ya Ramón y Cajal dijo pero que en la actualidad se ha podido incluso observar. Se ha descubierto que las neuronas, a medida que aprendemos, van desarrollando unos minúsculos brotes que se llaman «espinas dendríticas». La memoria sería, por su parte, la unión de estas neuronas a través de sus brotes y ramas (dendritas), formando redes o circuitos que se activan cuando queremos recordar algo.

Los primeros 3 años de vida de toda persona son de gran importancia en el desarrollo de estas conexiones, pues el cerebro crece a más velocidad que nunca. Después sigue aumentando de tamaño pero a menor velocidad, hasta los 9 ó 10 años que se produce un crecimiento enorme de las conexiones. Entonces llega la adolescencia, donde las hormonas empiezan a funcionar de nuevo y el cerebro sufre una reorganización: algunas áreas aumentan de tamaño y otras lo reducen. Esto es lo que el profesor denominó «poda», es decir, las habilidades que no practique, usarán menos los circuitos que las sustentan y se “desharán” las uniones sinápticas entre neuronas.

Dada la importancia obvia de estos procesos durante la infancia y adolescencia, Morgano nos dio algunos consejos para tener en cuenta en la rutina de nuestros hijos e hijas:

  1. Evitar las grasas saturadas.

Se ha descubierto que estos ácidos grasos dificultan las conexiones entre las neuronas, lo que empeora por tanto los aprendizajes. Para facilitaros el control de algunos de estos alimentos os dejamos un enlace que señala la cantidad de grasas saturadas que contienen algunos de ellos [pincha aquí].

  1. Dormir bien y mucho.

Durante el sueño, además de descansar, las neuronas se vuelve a activar y se refuerzan los circuitos que se formaron con los aprendizajes de ese día. Es decir, se repasan y consolidan. Es más, se ha comprobado que un sueño reparador promueve el aprendizaje, la creatividad y el desarrollo del cerebro, pues se facilita la neurogénesis (creación de nuevas neuronas). Esto es especialmente importante en la adolescencia por la «poda» que anteriormente hemos comentado.

  1. Hacer deporte o alguna actividad con movimiento.

No hace falta que sean grandes entrenamientos, pues por ejemplo con 30 minutos de bici al día sería suficiente. Esto es importante porque el movimiento hace que las neuronas fabriquen una sustancia llamada BDNF que es una especie de lubricante para los circuitos, que mejora el tiempo de reacción y la velocidad de procesamiento.