Las palabras sobran con este corto de animación, que nos hace reflexionar sobre el valor de ser fiel a uno mismo. Creemos que si encajamos en la sociedad, es decir, si hacemos lo que los demás esperan, seguimos las modas o cumplimos los objetivos que nos imponen, seremos más valorados, reconocidos y más felices.

Pero la felicidad está, más bien, en reconocerse como alguien diferente, único y por tanto especial. Inevitablemente, la globalización, la rutina y el ritmo que nos marca la sociedad, nos lleva a ser absorbidos y homogeneizados perdiendo nuestra identidad, pero está en nuestras manos reconocer aquellas cosas que ponen un toque de color a nuestro día a día.

Y para eso, los niños y niñas son grandes expertos. Ellos aun son capaces de mostrarse tal como son, sin miedo a soñar e imaginar su vida “a todo color”. Tratemos pues de acallar nuestros miedos, permitiéndoles ser tal como son y trasmitiéndoles que les aceptamos y valoramos, de modo que crezcan seguros y felices, brillando con luz propia.