Se podría decir que hoy en día «ir de positivo» está de moda. Es decir, ver siempre el vaso medio lleno, el lado bueno de las cosas y vivir una vida de color de rosas. Pero esto, en mi opinión, no es más que una manipulación mediática para fomentar el consumismo y, si me apuras, evitar que la gente sea crítica con los problemas económicos y sociales. Pero este es otro debate.

El caso es que, como está de moda, podríamos encontrar múltiples y variados ejemplos de anuncios y eslóganes tanto en redes sociales como en los medios de comunicación, donde el mensaje más o menos sería: la felicidad está en tus manos, tú eliges.

Esta afirmación no es del todo mentira, pues es cierto que uno puede manejar sus pensamientos (como vimos en nuestra entrada sobre la negatividad) y tratar de ver las pequeñas cosas que nos alegran, nos gustan y nos ayudan a seguir adelante y a sentirnos mejor. Sin embargo habría que tener cuidado con quedarse con este mensaje (o parecidos) sin ponerle ningún filtro.

Lo primero sería preguntarnos qué se entiende por felicidad o qué felicidad nos están vendiendo. ¿Ser feliz supone estar siempre alegre? ¿Felicidad es sonreír todo el tiempo? ¿Ser feliz es nunca enfadarse? ¿Felicidad es no temer nada? Probablemente ahora tu respuesta sea no, pero el problema es que muchos de estos mensajes (tipo «sonríe que la vida vuela», «sonríe a la vida y la vida te devolverá esa sonrisa», etc.) nos llevan a confundir felicidad con un estado permanente de alegría y “buen rollismo” que convierte en enemigos a la tristeza, el enfado o el miedo. Y ésta sí, es una grave equivocación. Negar no sólo la existencia de estas emociones sino peor aún, su expresión o manifestación, puede suponer un problema psicoafectivo grave. Si niegas esa parte de tu afectividad de manera que no expresas nunca tu enfado, tu tristeza o quizás tus miedos, habrá un momento que todo ello saldrá en ti expresado de algún otro modo (enfermedades, rupturas, crisis). Las emociones son naturales y muy necesarias para procesar y superar las experiencias que nos van sucediendo. Por lo que la felicidad está más bien en permitirse estar triste cuando uno lo necesita y el tiempo que necesita; enfadarse cuando algo no salió como esperaba o sentir miedo ante algún desafío aunque eso no sea «lo que más vende».

Por otro lado, y dependiendo de cómo se mire, este mensaje (“tú eliges”) podría ser en algunos casos culpabilizador y, por tanto, empeorar las cosas. Para empezar, no siempre está de verdad en nuestra mano elegir lo que nos pasa. Si por ejemplo tienes un familiar con una enfermedad grave, es cierto que puedes tratar de llevar la situación con cierto «positivismo», pero también es muy cierto que normalmente esas situaciones son muy duras y uno necesita poder permitirse estar triste, enfadado o tener miedo al futuro, y no significa que por ello esté llevando peor la situación. Hay otras ocasiones en las que, por alguna razón, parece que a algunos les toca todo y la vida se les pone cuesta arriba. En esos casos podría ser que la persona no se sienta con fuerzas de nada, por lo que decir «sonríe y la vida te devolverá esa sonrisa» podría resultar poco empático e incluso llevar a pensar que uno se esfuerza menos por no saber «sonreír a la vida».

Por todo esto, creemos que es importante aprender a ser más positivo que negativo, pero es aún más importante aprender a sentir y a permitirse todas y cada una de las emociones sin juicios ni prejuicios, pues todas ellas son útiles y necesarias para tu salud y tu FELICIDAD.